Conectar con la naturaleza es una de las frases de moda del momento, una expresión casi hecha que engloba muchísimos conceptos importantes: biofilia, Life Reset, meditación, horticoterapia, arterapia, fitoterapia… ¿Por qué el ser humano debe volver a sus raíces y conectar con la naturaleza? ¿Cuáles son los beneficios de integrar la biofilia en nuestro día a día cotidiano? Hoy te contamos todo esto y mucho más aquí.
La ciencia demuestra que el contacto con lo natural solo tiene efectos positivos para la salud mental y el bienestar. Caminar por un bosque, pasear por la playa o simplemente disfrutar conscientemente de un parque cercano nos ayuda a afrontar la rutina.
¿Qué significa realmente conectar con la naturaleza?
Esta frase: ”conectar con la naturaleza”, puede tener múltiples sinónimos, pero a nosotros nos encanta uno en particular: biofilia.
La biofilia es un término inventado por el gran psicólogo, filósofo y humanista Erich Fromm (1900-1980) un escritor que quizá conoces de obras clave como “El arte de amar” o “El miedo a la libertad”. Según Fromm la biofilia es “la pasión por todo lo viviente”, una definición bastante genérica que se podría ampliar como ese sentimiento profundo (pasión) del ser humano cuando entra en contacto con su entorno, esa afinidad que los seres humanos sentimos por todos los seres vivos que nos acompañan en nuestro camino vital incluidos nosotros mismos.
Baños de bosque
Una de las prácticas más reconocidas en este campo se denomina Shinrin Yoku y procede de Japón, país en el que tiene mucha tradición. Se podría traducir como baños de bosque, aunque literalmente significa ‘absorber la atmósfera del bosque’. Su práctica no tiene demasiado truco: se trata de pasear de manera inmersiva por un bosque, de forma pausada y poniendo los cinco sentidos en ello, olvidando lo demás.
¿Cómo podemos conectar con la naturaleza?
Como hemos visto hasta ahora, volver a conectar con la naturaleza no es un capricho, sino una necesidad vital para cualquier persona que desea sentirse bien consigo misma tanto a nivel físico, como psicológico y emocional. Pero ¿cómo podemos conectar con la naturaleza en este siglo XXI tan ruidoso y estresante? De muchas y variadas formas tan sencillas como las siguientes:
- Actividades de arteterapia. Ir de excursión y recoger piedras para pintarlas, ir a buscar moras para hacer un pastel, hacer un paseo fotográfico por los bellos pueblos de la provincia… Hay multitud de actividades de arteterapia que puedes practicar en pareja o en familia para dar rienda suelta a tu creatividad utilizando los sencillos tesoros que nos hace la madre naturaleza.
- Deportes al aire libre. Practicar un deporte adaptado a tus condiciones físicas es sumamente recomendable, pero si además lo haces al exterior, tus endorfinas se dispararán y los beneficios físicos y emocionales se multiplicarán.
- Terapias de meditación guiada. Hoy en día existen multitud de terapias de meditación guiada que aprovechan la paz y el silencio del bosque o de la playa para aumentar la eficacia de los ejercicios: baños de bosque, mindfulness, etc.
Principales beneficios de conectar con la naturaleza
Del mismo modo que alejarnos de la naturaleza hace enfermar al planeta y a nosotros mismos, conectar con la naturaleza nos aporta innumerables beneficios para la mente y para el cuerpo, beneficios psíquicos y físicos tan importantes como los siguientes:
Beneficios mentales
- Disminución de los niveles de estrés negativo o distrés y de todas las patologías y afecciones asociadas como angustia, tristeza, malestar, depresión…
- Aumento de la capacidad creativa y artística.
- Mejora de la memoria a corto, medio y largo plazo.
- Aumento de la autoestima.
- Mejora en la calidad del sueño, un beneficio que redunda directamente en el control efectivo de ciertas patologías asociadas: cansancio crónico, fibromialgia, híper actividad, etc.
Beneficios físicos
- Control de la tensión arterial, algo que redunda directamente en la prevención de enfermedades cardiovasculares tan importantes como la insuficiencia cardiaca, el infarto, la arritmia crónica, etc.
- Mejora de nuestro sistema inmunitario, de nuestras defensas frente a virus, bacterias, etc.
- Mejora de nuestro sistema endocrino, algo que redunda positivamente en la prevención y control de patologías relacionadas con nuestro sistema digestivo, sexual, metabólico, etc.
- Relajación de nuestros músculos, algo que reduce el dolor crónico de ciertas enfermedades de origen inflamatorio como la ciática, la lumbalgia, la espondilitis anquilosante, etc.
En resumen: conectar con la naturaleza no solo es un derecho intrínseco al ser humano, también es una obligación ética y moral, un compromiso vital que todo ser humano de bien tiene con este planeta azul que deberíamos cuidar y preservar para las siguientes generaciones.
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